INTROITO
Las vivencias más reales son descritas aquí, y se las enmarcan en la condicionante de lo erótica y pasional. Los siguientes escritos siguen el eje de absorber la realidad con la habitual paciencia, y de a poco se da a conocer lo que no es de uno, implicando ese contexto amatorio con un concerniente razonamiento, ahondando con imágenes muy intelectivas; el pensamiento reboza hasta el punto del ahogo; pues, las extensiones de los poemas presume que llegue a esa excitación con la exhumante disertación.
Agavilla todas las gesticulaciones hoy, halladas que mucho someten entre el polvo ido a raudales que es levantado por esos carros, y en el sitio todo es muy tranquilo donde no da respiro y supongo… a tramos lo sencillo del motivo por compilar todos los versos que somete con trazos muy finos a los corazones duros y fríos. Tan solo tú poeta, conoces el camino de situar los cantos de mundos suturados de muchos sentimientos. Ya me lo han dicho ¿a quién le importa eso?, desarrollar piras de versos que encenderé ante ustedes. Pero mi destino es complicarlos, armalos, velarlos y usarlos para intensificar un emblema y más que meras estelas cruzadas así entre palos y piedras quiero cantarlos ante un puerto o para esas de bocas secas, y como pienso en los humedales..., también en sus piernas y boca, que confisca mi inteligencia dando lo recalcitrante en mis poemas. * Ya son días y vamos para una semana y tu boca ya no me dice nada..., y en la calle todos notan tu ausencia. Y tu mirada me obliga obtener ese néctar de tu compañía y tu ósea compostura no se compara a las complexiones de las otras taras ¿qué más puedo decir?, no me lo pediste que te lo diga en el instante de los segundos idos... Oh, es que son horas interminables; ocho y treinta, y veía tu cara, con una exuberante sonrisa «es mía», me decía entre mi codicia, y observé en tu pecho que se comprometía a una sana sensación de lo unísono. Sí, para el contacto de bocas me someteré a tus palabras y no me dejaste nunca decir ni de obtener tu delicada pleitesía ya que en cada día al estrechar tu mano, era para que se así nos convenía a no ocultarlos ni sacarlos ya solo con así negociarlo me bastaba; y esa lúcida sonrisa me alegraba para poder decirnos: «te quiero» * Tú, viste en mí, una ilusión pero tuve amores para el odio y eso a todos los decepcionó. Pues, llevaste en tu vientre al ser que ahora es tu amor, y fue dado por aquel que conociste el que solo te acecho para tomar: lo tierno y fútil; y ahora también lo odias... Te tomó como muchas y tú me contaste la travesía y el destino de los besos que volaban. Y como saliste con una experiencia y las mañanas eran frías te calentarás entre los abrazos muy sonoros y llenos por el deseo que nos proferíamos al encontrarnos. Y la ilusión crecía pero… yo controlo mi tiempo tú los amores que quieres es por eso que no pensaste que no así por nada esta decisión tendrás que sopesar. Y ante ese ruido de la Metro Vía que corre con esos feos sentimientos que no augurará una constelación, y solo se logra hacer un enhebrar que acaba con esta endeble relación dejándonos ciegos en la claridad. * Bien, como he quedado solo contaré piedras en la víspera y amaneceré con dolor que exaspera, pues, creo aunar recuerdos cándidos sí, para eso me ha quedado tiempo. Pero este futuro es de prepararlo mejor para que el sufrir no cope: en mi salida de los días la manifestación de la vida que se corrompe y negrea. Es de no confundirme en lo laberíntico de la suposición del recuerdo que se amaina muy ligera por la contemplación de tus pasos que se guardan en la mente... * He de verte lúcida, alegre..., con tu nueva compañía. He de verme desanimado quizás, un poco compungido. Pienso, que ya esta situación, requiere compaginación. De lejos te muestras muy linda mientras mucho tú le compartes: instante, aprecio y palabras que anhelo tanto y no me darías... Y nace la malsana envidia porque tu rostro es como suave cuando te encuentras con él de eso estoy muy atento. No sé si te fijas en mí ya que por dentro yo me muero, a veces no puedo evitarlo hacer válida mi presencia.
*
Nunca imagine que cantaría así lo corpóreo y casi la esencia y es muy molesto ubicar mis letras en lo existencial. Pero si lo vivido no es proeza por la culminación necesaria de llegar ejercer tranquilo los requerido pasos dados. Que más que tu amor involucrado a la razón que más tus cintura que más tus besos que más la oblación a lo real. Un señor me dijo: sal de la eucaristía sin rezo culmina y ten presente los vientos pues, voy hacia a su pecho por el tanto calor así dado y lo sentido fue así percibido. Dos poetas nunca discutirán: sus ubicaciones para ejercer esa marca por el uno impuesta es como corromper con peste el valioso ideal que se trazó. Por eso es como lo trunco y he vivido en desamor pero al sentir el calor o lo húmedo de sus labios o ese guiño fraternal que en pocas veces, nunca fue así discutido.Fernando Zúñiga Fajardo
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